Te veo venir despacio,
Como quien quiere apoderarse de mis sueños,
Silente como sombra,
Sinuosa como sierpe en la maleza.
Pero has de esperar aún,
No es tu victoria.
Te reconozco oculta en la penumbra,
Sentada en mi sillón
Fumas mi pipa:
Seducen tus volutas misteriosas,
Se aferran como hiedras en el alma.
Pero has de esperar aún,
No es tu victoria.
Te bebo con el vino de la tarde:
Borrachera de ilusiones vanas,
Me amargo el paladar,
Río tu risa
Y lloro en las entrañas de la noche.
Pero has de esperar aún,
No es tu victoria.
No rendiré en tu honor el culto
De las horas muertas,
No miraré caer
Las hojas secas.
Ya no envenenarás el agua
De mi fuente.
Paséate a mi puerta si prefieres,
Susúrrame canciones melancólicas.
Pero has de esperar aún,
No es tu victoria.
Ven, siéntate a mi mesa cuando quieras,
Apágame las luces,
Entorna las ventanas,
Aguárdame en mi lecho que ya es tarde.
Pero has de esperar aún,
No es tu victoria.
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