"Ha ocurrido un error grave, güindows apagará su equipo para evitar daños en su sistema"
Diana cibernéticatensa su arco y asesta
con la sabida destreza de su diestra
golpe fatal sobre la red, que yerta,
devuelve la palabra que retorna,
ávida de aludir,
al asombrado usuario.
Claman justicia
a un Zeus que desconoce
el tiempo y el espacio
del silicio,
Que sabe de la sangre de los bravos,
conoce el restañar de los metales
pero ni puta idea tiene
sobre güindous.
Entonces mi lenguaje se desgrana
como collar de perlas finas
por el suelo,
estériles palabras se marchitan,
como rosas cuyo olor
nadie ha sabido.
Te digo "¿cómo estas?" y ni un sonido,
ni una letra,
se salva de la noche misteriosa,
de esa nada,
de esta horrible cosa
como el averno del ciberespacio.
Cuando lo veas, tal vez ya sea tarde,
las musas que me inspiran ya habrán muerto
rendidas al capricho de circuitos,
a la conflagración secreta de las placas,
que enfrentan al Olimpo,
que escriben el nombre de sus héroes
en cintas regrabables.
Ya nada quedará de nuestra historia,
un trágico backup,
un plástico destino,
el triste desatino de las horas
que en su arbitrario compás
nos marca el bios.
Pero yo resisto las distancias,
circuitos integrados, los chips, las impedancias,
la monstruosa arquitectura que se yergue,
avergonzando a la Babel antigua,
y si no anda la pc,
en una de esas
te llamo por teléfono y te digo:
¿cómo te va Princesa?,
Y en un recodo oculto de la historia
sonreirán los dioses y las rosas
regalarán de nuevo
su perfume.
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