El tablero está quieto,
las piezas permanecen inmóviles.
Más allá los jugadores piensan
y la siguiente jugada
puede ser la última
Mientras tanto los reyes
ponderan su dominios,
calculan con la métrica perfecta de la cuadrícula
sus pérdidas
y sus conquistas.
Nadie sospecha.
Elévanse las torres,
Resoplan los corceles,
Atisban, ladinos, los alfiles.
La reina ostenta su corona áurea.
Y sufren los peones
igual que en la imperfecta réplica
del mundo.
Y un silencio mortal
emula un cielo
que no responde nunca
nada.
Un movimiento apenas
y la desgracia.
Se hunden los imperios y los hombres,
arrecian las batallas,
todo es color, patria o bandera.
Quien sabe cuánto tiempo
demanda la jugada,
No es otra cosa el juego
que la tregua.
Uno u otro
al final
dará por acabada la partida.
Jaque Mate.
porbando
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